sábado, 21 de enero de 2012

Darán clases maestros de la UAG a normalistas de Ayotzinapa

Al menos 25 maestros de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG) anticiparon que irán a dar clase a los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, para evitar que los jóvenes pierdan el curso escolar y que la Secretaría de Educación Pública (SEP) tenga argumentos para cerrar el plantel.
Arturo Miranda Ramírez, doctor en Ciencias de la Educación, egresado de Ayotzinapa y académico de la UAG, manifestó que hay por lo menos 25 profesores que están en la disposición de entrar a dar clases a dicha escuela para evitar que el conflicto entre en una etapa todavía más crítica.
Entre los académicos de la institución que han manifestado su interés por apoyar a la Normal está el doctor en filosofía Ramón Espinosa Contreras y Esteban Godines, este último egresado de la Normal Rural de Tenería, ubicada en el estado de México.
“Lo que planteamos es porque hay la necesidad de salvar el semestre de los muchachos y también de cuidar la fuente de trabajo de los maestros que ahí se desempeñan”, apuntó.
El fundador de la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR), que en su momento encabezó el guerrillero Genaro Vázquez Rojas, invitó a los maestros de la Normal a reflexionar sobre su negativa de regresar a impartir cátedra.
Negó que su actitud sea la de un esquirol, ya que no hay en la institución un movimiento de huelga o un paro por cuestiones laborales, “simplemente están ausentes”.
Advirtió que si no se regularizan las clases, está en riesgo no solo el semestre para los alumnos, también el cierre de la escuela de manera definitiva y con ello la desaparición de las plazas que ahí se ocupan.
“Si la SEP dice que en vista que ahí no hay clases, de que ya no se pueden regularizar el curso y los tiempos están rebasados para que los egresados puedan pelear por plazas, entonces pueden optar por el cierre definitivo del plantel”, apuntó.
El último caso que se tuvo fue el de la Normal del Mexe Hidalgo, en donde la mayoría de los maestros fueron liquidados y no tuvieron más opción que la calle, los que tuvieron más suerte fueron reubicados en otras partes del país.
“Todavía estamos a tiempo de evitar un problema mayor, así que lo mejor es reflexionar sobre lo que hacemos en este conflicto”, apuntó.

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